Bicentenario de Bolivia: Entre montañas, rebeldías y diplomacia

El 6 de agosto de 1825, Bolivia proclamó oficialmente su independencia tras casi 16 años de guerra contra el dominio español. Fue un proceso complejo y profundamente humano, protagonizado por héroes visibles y anónimos, batallas formales y resistencias invisibles: las republiquetas, las luchas indígenas, los levantamientos populares.

Desde las primeras rebeliones lideradas por figuras como Túpac Katari, Bartolina Sisa, Pedro Murillo, Juana Azurduy hasta el ingreso triunfal del Ejército Libertador comandado por el mariscal Sucre, Bolivia fue testigo de una revolución que no solo buscaba libertad, sino también justicia y dignidad.

A diferencia de otros procesos en América del Sur, la independencia de Bolivia estuvo marcada por una participación activa de pueblos indígenas y mestizos. Las montañas del Alto Perú vieron nacer republiquetas, grupos de guerrilla rural que resistieron durante años al dominio español. No fue una independencia elitista, fue una gesta colectiva.

Con la victoria de Ayacucho y la llegada del general Antonio José de Sucre, enviado por Simón Bolívar, se selló el fin del dominio español. El 6 de agosto se firmó el acta de independencia en un Congreso celebrado en la ciudad de Chuquisaca (actual Sucre), y el nuevo país fue nombrado Bolivia, en homenaje al Libertador.

En Canadá, esta historia sigue viva, la comunidad boliviana conmemora su independencia no solo con banderas y discursos, sino con memoria activa, encuentros culturales y vínculos diplomáticos. Este año, el Bicentenario fue celebrado con la iluminación simbólica de las Cataratas del Niágara y el letrero de Ottawa, un gesto de orgullo y reconocimiento compartido.

Durante el acto conmemorativo en Ottawa, se destacó que Bolivia es hoy un país distinto: más plural, más consciente de su diversidad. También se agradeció a Canadá por ser un país de acogida para miles de bolivianos que ahora construyen puentes entre ambas culturas.

Este tipo de eventos nos recuerdan que la historia no solo se narra desde el pasado, sino que se vive en el presente a través de la diáspora.

Queridos lector@s les dejamos estas preguntas para que ustedes mismos se las respondan.

¿Qué podemos aprender hoy del legado de resistencia de Bolivia?

¿Qué lugar ocupan las luchas indígenas en la narrativa histórica de nuestros países?

¿Cómo se representa hoy el rol de las mujeres indígenas en estos procesos de independencia?

Bolivia’s Bicentennial: 200 Years of Resistance, Identity, and Connection

On August 6, 1825, Bolivia officially declared its independence after nearly 16 years of armed struggle against Spanish rule. Unlike other South American independence movements, Bolivia’s was deeply rooted in grassroots resistance — led by Indigenous and mestizo communities, rural guerrillas known as republiquetas, and legendary figures like Túpac Katari, Bartolina Sisa, Juana Azurduy, and Pedro Murillo.

The historic signing of the Declaration of Independence took place in Chuquisaca (today’s Sucre), following the decisive victory at Ayacucho and the arrival of General Antonio José de Sucre, sent by Simón Bolívar. The newly free nation was named Bolivia in Bolívar’s honour.

In Canada, the Bolivian diaspora honours this legacy not only with flags and celebrations but through cultural events and diplomatic gestures. This year, the Bicentennial was marked by the symbolic lighting of the Niagara Falls and the Ottawa sign in Bolivian colours — a proud reminder of shared histories and growing ties.

Bolivia today is more inclusive and aware of its diversity. From Canada, Bolivians continue to build bridges between both nations, keeping history alive through community, culture, and memory.

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